viernes, 23 de enero de 2009

Diario de un encargado de producción

Todos los días un poco de tele en el sofá. La carpeta sobre la mesa del salón. Luego un beso a su esposa en la comisura de los labios, casi un beso fraternal, y a la cama. La cabeza caliente y los pies fríos.
El domingo excursión familiar: a su lado, la esposa triste mira por la ventanilla, otros coches, otras vidas.
Monovolumen gris metalizado, atrás en la silla homologada, la niña, toda rizos, lazos y rabieta pronta.
Lunes por la mañana vuelta al trabajo. Primero, parada en la cafetería: café negro y un croissant que sabe a biodiesel.
Luego la guerra. Enfrentarse a su propia cobardía y blandura.
Servilismo ante el jefe y achantando con los obreros; rudos oficiales con treinta años de experiencia y desbandados peones de barrio bajo y mirada torva.
Miedo, miedo y mansedumbre, la hiel corre gaznate abajo, es verde y amarga.
Vuelta a casa.
-¿Que tal cariño?
-Bien... Voy al servicio....
Una violenta arcada sobre el inodoro, ojo con la corbata. Luego la ducha, una cena ligera y un poco de tele en el sofá. La carpeta sobre la mesa del salón...

6 comentarios:

walkingpolaherba dijo...

La vida gris de la mayoría

Rumbonín dijo...

Gris oscuro...

Scout dijo...

Que tal? Resucité temporalmente de mi letargo.
Sobre eso no estoy de acuerdo. A veces la vida es gris oscuro casi negro... o peor, y tengo mis propias razones para asegurarlo.
Pero hay gente que escoge su propia vida gris a cambio de algo, de algo que ellos se han buscado y seguramente querían.
Hay otras veces que tu vida se hace oscura pero en cierto modo no era lo que tu querias, no escogiste eso. Y eso es bien triste.
A mí los bobos que escogen lo convencional por que sí, por seguridad o por lo que porras sea me importan un huevo frito
Alguien que conocí se despidió de mí un día sin previo aviso, pero lo que dijo en algún momento fue que "quería ser normal", la normalidad a veces da miedo... y además hace mucho daño.

walkingpolaherba dijo...

No creo que la normalidad sea siempre mala. A mí mi normalidad me daba mucha paz. Para mí salir a dar un paseo con tu pareja en una mañana de sábado para tomarse un café y de paso aprovechar para comprar el pan y el periódico...y darte cuenta que solo con eso eres feliz...Y ahora saber que nunca más lo voy a tener me desespera, me hunde y hace que no tenga ganas de seguir

Scout dijo...

Si, Lila, ese tipo de cosas sencillas pueden ser grandes y hacerte sentir bien y si las pierdes puedes llegar a sentirte fatal.
Por supuesto no me refería a eso, me refería a cierto tipo de gente que por "normalidad" tiene un concepto , no se como definirlo..., pues eso "muy concreto" . A fin de cuentas, yo me considero tan normal y corriente como cualquiera.
Indudablemente ese tipo de normalidad que describes es a la que yo aspiro también y me sentiría igualmente feliz, y sin embargo, ya ves, a veces es tan difícil de conseguir. En realiad es especial por que estás con quien quieres estar.
Creo que ese detalle ya hace que todo sea diferente y desde luego para nada "gris".

Scout dijo...

Rumbonin, ese tipo de familia que describes no me da pena alguna.
¿Te has enterado de lo del chino?
Un saludi :)