martes, 26 de agosto de 2008

La playa

Aquel día despertó muy temprano, normalmente siempre lo hacía antes que él. Lo primero que hizo fue atisbar a través del respiradero de la tienda de campaña. Estaba nublado.
Abrió la cremallera intentando no hacer ruido, y se deslizó descalza sobre la yerba. Aún faltaba un rato para que el sol asomase sobre el acantilado más oriental de la playa.
Se soltó el pelo, buscó el Ipod en su pequeña mochila y seleccionó esa canción que últimamente le gustaba tanto. La puso en modo "repeat" aunque pensó que quizá no tuviera tiempo para escucharla una sola vez completa.
Subió el volumen a tope y vio como la mañana se desplegaba al ritmo de los místicos arpegios.
Recorrió el estrecho sendero que unía el camping con la playa. Llegó a la arena y la sintió fresca entre los dedos de los pies. A media mañana ya sería abrasadoramente insoportable.
La marea estaba bajando.
Cruzó la frontera que separa las arenas perpetuamente secas de las que habían sido bañadas por la pleamar durante la noche. El contacto húmedo la hizo estremecerse.
Corría algo de brisa. No había un alma. De todas maneras hoy no sería un buen día de playa.
Sin ningún ritual pero sin prisa, se quitó el pantalón corto de dormir y la tenue camiseta de tirantes. Finalmente, con dos ligeros tirones, se deshizo de los auriculares del Ipod y por primera vez, le alcanzó el inmisericorde rugido del mar como un puñetazo en la mandíbula.
Flaqueó por un instante y se sintió muy pequeña frente al mar. De pie, desnuda, como la primera mujer.
Miró hacia abajo: los dedos menudos semi enterrados, venas azuladas en los empeines, las piernas tensas y el vientre trémulo de frío.
Comenzó a caminar hacia el agua, la cabeza erguida, el viento azotándole la cara y los hombros con sus cabellos.
No se detuvo, la espuma bullía entre sus muslos, una ola lamió su vientre cortándole la respiración por un momento, avanzó un poco más, otra ola, el sabor de la sal. otra ola, los pies se despegan del fondo, una brazada, otra, otra ola...

...........................


A veces, en los días nublados de finales de Agosto, él se acerca a la playa. Se adentra hasta donde las olas lamen dócilmente sus pies y mira abstraído el rompiente. En alguna ocasión, en la luz engañosa del amanecer, le parece ver un pequeño punto entre la espuma, y con un sobresalto, se aferra, por un instante, a la idea de que ella ha vuelto.




7 comentarios:

walkingpolaherba dijo...

"...
Pero te dejé marchar
y las olas no te traerán aquí,
pero yo te esperaré... en la orilla
aunque tú no volverás jamás."
Te Dejé Marchar (Luz Casal)
http://www.youtube.com/watch?v=HKV3-F02G7o&feature=related

Scout dijo...

Rumbonin! ¡¿tas de vuelta?! :
Se agradece el fin del verano, todo torna a la rutina: el curro, los posts con los que evadirse de la estúpida jornada de trabajo, los coments de siempre... :¡Que delicia!.

G. K. Dexter dijo...

Bienvenido maese Rumbonín.

Un relato conmovedor. Por unos instantes, mientras leía sus primeras líneas, la fotografía del rugiente mar aún en la retina, no pude evitar pensar en Virginia Woolf (no sé muy bien el porqué) y sin embargo una voz en mi interior me decía que tal pensamiento se encontraba fuera de lugar. Si lo que describías era el paraíso...
Por eso precisamente tu final me cogió de sorpresa, al igual que una súbita ola demasiado próxima a su compañera inmediata te sobresalta cuando emerges tras la primera zambullida.

Reitero mi bienvenida. La espera en el "Loro Azul" mereció la pena.
Con respecto a las otras canciones, no yet?

Un saludo cinéfilo.

Guti dijo...

Poner el iPod a tope es malísimo.

Muy hábil, muy adecuado, todo en su justa medida. Qué técnica. Siempre me dejas sin palabras. Cabronazo.

Anónimo dijo...

No agradezco para nada el fin del verano pero si estoy con scout en lo que a la rutina se refiere , vamos supermegadelicioso tu!!!!!!!!!!
Amore rumb ;-))

Anónimo dijo...

Che, por dónde andás?

Te tomaron por mate y sos ahora agua no más?

Se te extraña pibe...

Un abrazo Rumb.

Anónimo dijo...

Tío, no sabía que escribías tan bien.

Me gustaría saber si aún dibujas.

Todo un portento de creatividad: escribes, dibujas, tocas la guitarra...

Continuaré empapándome con tus relatos.