domingo, 14 de diciembre de 2008

Stray Cats

Como últimamente parece que me invade a menudo la nostalgia respecto a lo que yo llamo mis años salvajes en el centro de Madrid, pues voy a poneros el enlace a uno de los discos que más escuchaba en aquella época. Puede que no sea el mejor de los de este grupo, pero pienso que al ser el primero, es un buen punto de partida para los que no conozcáis a este fabuloso trio.




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viernes, 12 de diciembre de 2008

Doblepensar




El que controla el pasado, controla tambien el futuro.
El que controla el presente, controla el pasado.
"1984" George Orwell.




Hay una costumbre tan extendida hoy en día que es casi imposible permanecer ajeno a ella. No es otra que la de remasterizar los discos.
De vez en cuando, a algún productorcillo con ínfulas de genio, o lo que es peor, al propio músico, le da por acordarse de alguno de sus propios discos y remasterizarlo, ya que por lo que se ve, discos que en general han vendido millones de copias en el mundo, pues resulta que no suenan bien, o dicho de otra manera, su sonido no es actual.
No niego que en algunos casos, pese a no entender los motivos, la remasterización no se ha hecho mal ya que casi no se nota, pero hay otros en los que la pieza original resulta casi irreconocible; recuerdo la primera vez que escuché el "Album blanco" de los Beatles en version remasterizada, Pero ¡Por dios! ¿Quien ha hecho esto?
-Espera, que aquí vamos a subir el volumen de la bateria ¿vale?
-Si, y ahora, voy a hacer que la segunda voz se oiga más que la primera, que ahora está más de moda Harrison que McCartney, Mola ¿eh?
Llegara un dia en el que cuando a alguien de generaciones posteriores a la tuya le pongas el vinilo, te digan:
-Eso es una mierda el "Album blanco" no suena así.

En fin, esto me recuerda cada vez más a las actividades del "Ministerio de la verdad" de la novela 1984 de George Orwell, donde cuando por ejemplo, subía el chocolate de 65 a 68, hacían destruir todo documento antiguo en el que figurase que el chocolate había estado a 65, y se imprimían unos falsos en los que decía que el chocolate siempre había estado a 70 con lo cual lo que había hecho es bajar a 68.

¡Cuidado! El gran hermano te vigila...

Y conserva tus vinilos.




Dust bowl.

Estoy leyendo los primeros capítulos de "Las uvas de la ira" de John Steinbeck mientras escucho el magnifico "Good as i been to you" de Dylan y estoy flipando. Ha habido un momento en que estaba tan inmerso en la lectura sintiendo la guitarra acústica sobrevolando mi cabeza, que he tenido una especie de revelación, y esta era que lo que leía y escuchaba eran la misma cosa: el polvo de las carreteras, el trabajo desesperanzador, el coraje, la furia, el viento que recorre la extensa América y la locura de sus habitantes siempre vagabundos. El rugido poderoso y cruel de América, esa tierra que nunca he pisado pero que en forma de discos de rock and roll, novelas y películas recorre mi mente de lado a lado. He visto el espíritu de Woody Guthrie, he visto la esencia y el corazón de las letras de Dylan, la sorda desesperación del "Nebraska" y de las mejores películas de John Ford. Por un instante, las inmensas llanuras, las desiertas autopistas y los devastados campos han entrado en mi habitación, casi ahogándome con su magnificencia y su grito, grito susurrado que muy pocos escuchan.
He saltado de la cama y he empezado a escribir.



jueves, 4 de diciembre de 2008

The endless enigma (Cuento de terror-fiction dedicado a "La Bala de Hollywood")

Hubo una época en que desde el planeta Nubia, poblado por una civilización muy antigua y sabia, de bellos rostros, piel oscura y brillante y gran estatura, se enviaron varias expediciones intergalácticas con el fin de hacer un inventario de todos los planetas habitados que se encontraran y ayudar con su desarrollada ciencia a los que lo necesitasen.
En una de estas misiones, que podían durar varios siglos según nuestra forma de medir el tiempo, la partida expedicionaria descubrió un pequeño planeta, muy parecido al nuestro, en el que parecía haberse desarrollado una civilización altamente tecnológica, pero desde el que no llegaba ninguna señal de actividad, ni mecánica ni vital.
Rápidamente aunque tomando las debidas precauciones -era un pueblo muy sabio- procedieron al aterrizaje. Lo que descubrieron al tomar tierra los dejó perplejos.
Toda la infraestructura de aquella aparentemente poderosa civilización estaba intacta: grandes edificios, vehículos, puentes... todo en perfecto estado, como si hubiera sido abandonado el día antes.
Al parecer aquel pueblo había exprimido de tal manera los recursos del planeta que la naturaleza no había tenido la fuerza suficiente para recuperarse y tomar el territorio que era suyo por derecho. Aunque lo que sin duda más impactó a los nubios fue el hecho de que los cuerpos casi fosilizados de los habitantes de aquel planeta se encontraban por doquier como si la muerte los hubiera sorprendido de repente mientras atendían sus labores cotidianas. Un autentico enigma.
Resueltos como siempre a afrontar cualquier reto que se lanzara a sus mentes decidieron estudiar a fondo la situación y descubrir el porqué de aquella repentina y aparentemente tranquila extinción, para lo cual escogieron unos cuantos cuerpos de aquellos seres y los llevaron a sus naves con el fin de estudiarlos detenidamente.
Los nubios poseían entre otros un conocimiento inimaginable de la neurociencia, e incluso en cerebros tan dañados como los de aquellas momias, podían estudiar los procesos internos que habían realizado cuando la sangre y el oxigeno corría por ellos.
Tras varios meses de arduos estudios y mediciones llegaron a una conclusión sorprendente:
Aquel pueblo había llegado a tener un gran dominio de la tecnología, como ya hemos dicho. Conocían la energía atómica, la nanotecnología y estaban muy cerca de llegar al dominio de la telepatía.
La cuestión es que llegó un momento en que la fiebre por lo tecnológico estaba tan arraigada en su cultura, que no había hogar, puesto de trabajo o vehículo en el que no hubiera cientos de dispositivos electrónicos e informáticos que lanzaban continuamente estímulos a aquellos cerebros aun primitivos en muchos aspectos. Estos cerebros, con el paso del tiempo, desarrollaron tal dependencia de aquellos estímulos que en el momento que estos cesaban, es decir, si el individuo no estaba viendo televisión, delante del ordenador, o hablando por el teléfono móvil, se quedaba casi instantáneamente dormido.
Llegados a este punto los nubios ya no tuvieron duda de lo que había pasado.
Hacia unos mil setecientos años, según las medida del tiempo de aquel planeta, se había producido una tormenta solar de inusitada fuerza, cuyo efecto inmediato en el planeta fue un apagón de magnitud global. Habían sufrido apagones con anterioridad pero los equipos de emergencia siempre habían llegado a tiempo para reparar lo que fuera necesario y restaurar la normalidad. Parece que en aquella ocasión los daños sufridos por los inmensos generadores y centrales eléctricas fueron tan graves que no hubo tiempo para una reparación satisfactoria.
Uno a uno o en grupos, en sus casas, en la calle o en su puesto de trabajo, los habitantes de aquella civilización tan confiada en sus propios logros, fueron quedándose irremisiblemente dormidos para no despertar jamás.




miércoles, 3 de diciembre de 2008

The fool

Hoy estuve escuchando el disco homónimo de Quicksilver messenger service y me puse dos o tres veces seguidas la última canción, The fool, doce minutazos del mejor rock costa oeste que se puede encontrar. Con todos sus tópicos, de acuerdo: ambiente onírico, melodías con clara influencia española, voz lánguida como del que anda un poquito hasta las cejas de ácido, etc. Pero también se puede encontrar a uno de los más finos guitarristas de la historia del rock; el gran olvidado John Cipollina, con su sonido exquisito, siempre al límite del acople controlado con precisión quirúrgica, con sus peculiares e inconfundibles vibratos, su lógica aplastante al acometer las frases, y sobre todo, lo que yo más valoro en cualquier músico de cualquier época y condición: una emoción y un lirismo sobrecogedor.







Happy noon

Uno de mis pequeños placeres domésticos cuando tengo el día libre como hoy consiste en hacer la comida mientras escucho música y me tomo un cocktail. Hoy, en cuanto a la música, estoy con una recopilación de grandes exitos de Elvis, estupendo a esta hora. En cuanto al cocktail estoy haciéndome uno de invención propia -al menos eso creo- al que voy a llamar, se me acaba de ocurrir, "Happy noon", y que es tan sencillo como: en copa de Martini echar mucho hielo, añadir dos tercios de la copa de vermouth rojo -mejor Cinzano que Martini, es más amargo me parece a mi- y finalmente exprimir media lima, recomiendo exprimirla por el ancestral sistema de estrujarla con una mano mientras con la otra se ayuda uno con un tenedor, se remueve un poquito y ¡Voilá! Mmmhh, delicioso.
Ah, y por cierto, para comer: fajitas de pitu caleya.

¡Bon apetit!


martes, 2 de diciembre de 2008

Todo es mentira en este mundo.

Hoy estuve escuchando un ratín el "Clandestino" de Manu Chao. A mi no me va el rollo ese del mestizaje ni la cosa étnica ni nada de eso, pero el disco este, pese a ponerme bastante triste me gusta mucho, especialmente la canción que le da titulo. En realidad el disco entero parece una sola canción con 16 partes diferentes en las que hay mucha tristeza, entusiasmo loco, rebeldía, pasión, hedonismo, calidez, cercanía y verdad. Y sobre todo, repetido varias veces, cruel e inmisericorde, el descorazonador sonido de cuando te mataban en el "Space Invaders"


lunes, 1 de diciembre de 2008

Días del futuro pasado. (o de cómo se puede sentir nostalgia por lo que nunca ha ocurrido)

El parque de las tetas, Sonia y Gero están tumbados en la yerba, a sus espaldas el inmenso Vallecas, enfrente Moratalaz, con sus interminables fachadas de ladrillo rojo al otro lado de la carretera de Valencia, autovía de cuatro carriles en cada sentido. Es tarde, casi de noche, varias botellas vacías de cerveza descansan junto a ellos. Ella mira espectante hacia él y él pierde su mirada en las luces rojas de los coches que se alejan de la ciudad, con el mar como último destino.
-Estos hace media hora que fueron a por la birra-, dice ella.
-Ya... estarán dandose el filete por ahí-. Y piensa:"Como deberíamos estar haciendo nosotros"-De todas maneras yo estoy bien así.-" Y un huevo estoy bien, tengo unas ganas de de dar un mordisco a esta tia del copón, y yo creo que ella quiere que se lo de, mira que guapa está, como le brillan los ojos y lo bien que huele, pero no vas a hacer nada ¿a que no gilipollas? Y eso que yo creo que el otro día se lo pasó muy bien conmigo, menudo pedal que nos pillamos más tontamente."
-Gero, el otro día lo pasé muy bien.
-Y yo, menudo pedal ¿eh?
-Ya te digo, para marearme en el metro imagínate como iba- rie ella.
"Mira como se rie ¡Me encanta!"."¡Venga tio lanzate ya joder!"
-Yo hoy ya voy un poco fino tambien.
-Y yo... y ahora ¿que quieres hacer?-Lo mira a los ojos.
El mira de nuevo las luces rojas en la autopista, por un momento no les había prestado atención, y mientras la respuesta llega a sus labios siente que algo, una vez más, se rompe en su interior.
-Me gustaría subirme en cualquiera de esos coches y marcharme de esta puta ciudad de una vez.
-Ya...-Ella lo mira, por un momento lo ve como un joven Ulises a punto de dejar Ítaca y se emociona mucho, luego baja los ojos y queda absorta mirando los cascos vacios de cerveza.
-Ya...
Unas semanas despues él dejaría Madrid para siempre. Pasados varios años se enteró de que ella había sido detenida subiendo de Marruecos con un cargamento importante de hachis...