A todos mis amigos melómanos, que no son pocos.
El advenimiento de la locura encerrado en una habitación, crujir de paredes, objetos amenazantes que se muestran extraños bajo la débil pátina de la cotidianidad.
Temblores en el espinazo, euforia y terror, la gran máquina dominante y la sumisión humana.
Luego, la calma, suaves vientos soplan dulcemente entre los arboles. Amables diosas de la espesura tocan sus flautas para vosotros y os adormecéis junto al agua clara de un manantial.
La naturaleza, en su narcisismo, se mira embelesada en el tranquilo espejo de un lago para regocijo de nuestras almas.
La naturaleza, en su narcisismo, se mira embelesada en el tranquilo espejo de un lago para regocijo de nuestras almas.
Mi caminar es cada vez más pesado, como atravesando una ciénaga. Hace varios días que perdí a Artax, y temo que pronto seguiré su destino. O si no, deambulo por las vastas estancias de mi palacio vacío. Fruncido el entrecejo con dolorosos descubrimientos, hasta que mi propio divagar inunda como un insoportable eco burlón las inalcanzables bóvedas. El palacio es la más hermosa maravilla que hayan visto ojos humanos, pero estoy solo y no encuentro la salida.
Ahora es de noche, azul índigo y plata mate, una inmensa luna llena se refleja en un estanque quieto donde flotan hojas secas de sauce. Benévolos seres alados revolotean cerca de mi cuerpo yacente y en la distancia se escucha una musica extraña, música que no tañen manos humanas, es más bien la propia escena quien la crea. No añoro el día ni la luz del sol, la belleza que se despliega ante mi, me hace llorar. Desde el exhuberante jardín, casi descuidado, casi salvaje, me rindo incondicionalmente a la gran madre Selene.
Mi habitación. Yo soy un niño de nuevo. Debajo del armario hay mundos
enteros por explorar, ¿que ruta seguiremos hoy?¿seremos unos indios
atravesando un nevado paso de montaña?¿Unos exploradores en
África?¿seremos Jim y Huckleberry navegando el Mississippi en una almadía
de troncos? No importa, aquí se esta bien, Mira, apoya la cara en el
suelo, esta frío y es muy agradable, no te preocupes, quédate aquí, aún
queda mucho para la hora de cenar...
enteros por explorar, ¿que ruta seguiremos hoy?¿seremos unos indios
atravesando un nevado paso de montaña?¿Unos exploradores en
África?¿seremos Jim y Huckleberry navegando el Mississippi en una almadía
de troncos? No importa, aquí se esta bien, Mira, apoya la cara en el
suelo, esta frío y es muy agradable, no te preocupes, quédate aquí, aún
queda mucho para la hora de cenar...
Todo salta en pedazos y refulge con vívidos colores irisados. Recuerdo hechos y sensaciones que aún no han sido y pienso en los días del futuro pasado.
La multitud abre ojos y bocas de gozo, miedo y asombro, apenas se puede respirar, y el cielo suena como nunca antes con un ruido ensordecedor.
Las nubes se apartan abriendo un claro perfectamente circular y el rostro de Dios se nos muestra por primera y última vez.
El séptimo ángel no toca la trompeta, es batería de rock and roll, y atormenta sus tambores con redoblada energía.
El universo entero parece contener el aliento por un instante.
-¡Vamos! Recoge tus juguetes, mañana tienes que madrugar....
La multitud abre ojos y bocas de gozo, miedo y asombro, apenas se puede respirar, y el cielo suena como nunca antes con un ruido ensordecedor.
Las nubes se apartan abriendo un claro perfectamente circular y el rostro de Dios se nos muestra por primera y última vez.
El séptimo ángel no toca la trompeta, es batería de rock and roll, y atormenta sus tambores con redoblada energía.
El universo entero parece contener el aliento por un instante.
-¡Vamos! Recoge tus juguetes, mañana tienes que madrugar....