domingo, 1 de junio de 2008

The promised land

*Recomendación:Antes de empezar a leer, seguir el enlace del título en ventana nueva. Una vez que arranque la música, comenzar con la lectura.

Allá íbamos nosotros calle Ríos Rosas abajo. Con el viento en la cara y en nuestras chaquetas, a última hora de la tarde mientras la inmensa bola roja aún pendía sobre el Parque del Oeste.

Corríamos calle abajo, y corrían los días mientras besábamos las botellas de cerveza caliente y besábamos las hojas de los árboles, y finalmente nos besábamos bajo sus copas.

En el banco frente al escenario apoyaste la cabeza en mi regazo para recibir mi alimento. Luego no te volví a ver.

Volamos por las calles, inventando cada día un nuevo camino hasta caer en la noche, que siempre es la misma. La noche anaranjada de Madrid donde enloquecíamos una y otra vez sintiendo el aire fresco de la sierra al comienzo de la autopista.

Rodábamos por el césped humeante de la noche de Junio, y reíamos y aullábamos bañados en sudor y oliendo a asfalto caliente.

10 comentarios:

Guti dijo...

Excelente, tío. De verdad. No puedo decir más. Cinco párrafos perfectos.

Rumbonín dijo...

Guti:
Miles y miles de gracias!!!
A mi tambien me parece que me quedó bastante bien. Este fue de esos que te salen así, de un tirón, sin pensar demasiado lo que quieres decir, solo recordando sabores, olores, colores.
Lo imaginé sobre un ritmo tipico de 4 por 4 de rock & roll, por eso puse el enlace a la tremenda canción de Mr. Berry. Mira que llevo añísimos escuchandola y todavía me exalta como pocas.

Un abrazo Aerobius;)

Hilda dijo...

¿Puedo pasar? aunque sea un ratito... jejeje...
Mañana quién será el culpable de mis ojeras ???

Muchos besos

Hilda

Rumbonín dijo...

Hola Hilda!!!

Puedes pasar hasta la cocina, que ya se que te va eso de los fogones:)

Bienvenida.

Anónimo dijo...

¡¡Que total!!, ¡¡Que total!!:Hasta aquí llega la suave brisa veraniega, con sus violetas y naranjas, y la pereza y la euforia de las cercanías de San Juan.

Rumbonín dijo...

scout:

Hace pero pilísima de años que no salgo yo la noche de San Juan.

A esto hay que ponerle remedio ipso facto...

;)

Anónimo dijo...

Si, señor: ipso-factisimo, que el tiempo no corre sino vuela!

Anónimo dijo...

¿soy el único que piensa que el verano tiene olor a sangre?
¿y el único en constatar que las promesas que trae consigo el estiaje, cuando se es escandalosamente joven, se vuelven casi amenazas, despues,ya mas talluditos...?

será que siempre fui algo patoso en todo (así que a la hora de vivir ni te cuento...)
o será que me acabo de levantar con resaca y no pago por el mundo ni una perra chica...

menos mal que me puse a leer los post que tenia atrasados, y mola comprobar que los amigos siguen en forma.
un abrazo, juanola!!

pedro

Rumbonín dijo...

Pedro:
A mí los veranos me huelen a margaritas y a pis, vaya usted a saber por que...

En cuanto a lo otro, si es cierto que para mí los veranos de verdad eran los de hace años, en los actuales prefiero ni pisar la calle(no me lo creo ni yo)

Anónimo dijo...

¿huelen a pis?
jajajajajajajajjajacomosenosvalaollaputocom