Recuerdo cuando empecé a tocar con trece o catorce años. Me solía imaginar a mi mismo en un gran escenario, ante miles de personas fascinadas con mi música.
Yo siempre creí que los músicos que a mí me gustaban eran personas muy especiales, y en esa ensoñación mía, el publico pensaba lo mismo de mí.
Han pasado muchos años, casi está amaneciendo y en la cocina hace frío. Miro hacia la ventana a la derecha, junto a la nevera , apoyada en la pared, está mi guitarra.

1 comentario:
Las mismas canciones nunca serán viejas porque tu les das vida cada vez que las sueñas y las tocas!!!!!!!!
;-)
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