sábado, 1 de marzo de 2008

Minor swing

Ahí está mi guitarra. Apoyada en la pared entre la nevera y la ventana. Parece que me mira desde su única cuenca vacía como retándome; ven aquí, cógeme, toca un rato antes de que se haga de día. Quisiera tocar pero quizá es demasiado temprano, todos duermen. Además, ¿que tocaría? ¿las mismas viejas canciones que mi pereza no me ha permitido mejorar?¿improviso algo con mi burda técnica y mis limitados fundamentos musicales?
Recuerdo cuando empecé a tocar con trece o catorce años. Me solía imaginar a mi mismo en un gran escenario, ante miles de personas fascinadas con mi música.
Yo siempre creí que los músicos que a mí me gustaban eran personas muy especiales, y en esa ensoñación mía, el publico pensaba lo mismo de mí.
Han pasado muchos años, casi está amaneciendo y en la cocina hace frío. Miro hacia la ventana a la derecha, junto a la nevera , apoyada en la pared, está mi guitarra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las mismas canciones nunca serán viejas porque tu les das vida cada vez que las sueñas y las tocas!!!!!!!!
;-)