viernes, 21 de marzo de 2008

Blackbird (Para María)

Doblo la esquina y entro en la calle donde vivo. Aún no ha amanecido y hace fresco. Estoy cansado y el sueño empieza a notarse.

Oigo cantar a un mirlo tras una vieja tapia y siento nostalgia del nido donde se acurruca caliente. De su nido o de algún nido.

Pienso en ti...
En tu calidez de sábanas arrugadas, en tu pelo revuelto y tu cuerpo desnudo al que tanto anhelo acercarme. Aunque sé que nada más rozarte empezarás a despertar. Irás alejándote de mi sueño cada vez más profundo y la mañana se desperezará lentamente ante ti.

Tú comienzas el día y yo lo termino...

2 comentarios:

Scout dijo...

juanjiu, muy poético,las mañanas después de los turnos dan para mucho ami me pasaba lo mismo.Momentos de inspiración que tantas veces se pierden,parece que el cansancio y el ritmo cambiado del sueño influyen por una vez para bién, en despertar nuestros sentidos,como si se tratara de alguna droga suave,y estoy segura de que algun misterioso proceso de nuestros neurotrasmisores tiene que ver en esto...las endorfinas dando saltitos por ahi extenuadas o algo asi, creo que voy a informarme sobre el asunto, a ver si Punset tiene alguna teoría..

Anónimo dijo...

hola scout, en algunos casos, como el mio, las endorfinas suelen estar siempre extenuadas, no obstante creo que a esas horas uno es mas proclive a exteriorizar ciertos sentimientos, de todas formas si Punset dice algo al respecto hazmelo saber...
Ah! y da recuerdos a Calpurnia de mi parte;)