sábado, 3 de mayo de 2008

Canción de cuna

De nuevo le asaltó aquel incómodo pensamiento, ¿se había convertido en la persona que realmente quería ser cuando era joven? Tenía la impresión de que no. Más bien había construido meticulosamente una especie de armadura multifunción que le servía para desenvolverse en casi cualquier circunstancia: podía mostrarse alegre, cariñoso con su familia y amigos, inflexible y despectivo en los sucesivos trabajos que había desempeñado, etc... pero siempre tras ese filtro que solo permitía salir lo que él quería, y que no dejaba que casi nada le tocase.

Con esas reflexiones pasó casi toda la tarde hasta la hora de acostarse. La hora en la que a veces, y con sumo cuidado, como una crisálida, iba desembarazándose de tan aparatosa coraza, como un inmenso crustáceo que abandonando el exoesqueleto, y una vez seguro de que nadie podía verlo, mostraba su blando interior, un cuerpo tierno, blancuzco y palpitante que no habría podido soportar la luz del sol y que desprendía una especie de cálida y húmeda emanación.

Al apagar la lámpara se podría decir que aquel cuerpo deforme y frágil emitía una ligera luminosidad; como una fosforescencia, y si alguien pudiera haberse acercado lo suficiente podría haber advertido bajo la fina y casi transparente piel, vagos movimientos y pequeñas fluctuaciones en el tono y brillo del cuerpo menudo. Esos enfermizos fulgores casi ocultos no eran otra cosa que todos los sueños y anhelos que no había dejado desarrollarse a lo largo de su vida y que dentro de su armadura habían ido reconcentrándose, mutando y transformándose en las más espantosas pesadillas y terrores cósmicos que cada vez le costaba más dominar...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante metáfora para describir a la sociedad actual, la fría, triste y dura sociedad actual (en la que me incluyo, por supuesto).

Un abrazo Rumb. Nos vemos con el caparazón puesto jejeje.

Anónimo dijo...

En cierto programa escuche a Saura que citando a Cortázar decía que hay que perseverar en nuestros errores porque es la manera de ser uno mismo; a ver si va a ser ese el remedio para no descubrirse uno cualquier día convertido en un alienígena.
saludos rumb!

Anónimo dijo...

Tampoco es tan mala idea eso de ir mutándose por ahí, a ver que passsa! Este nuevo post, Jem, me sugiere muchas cosas,entre ellas, que no hay mejor ocasión, para contemplar el bicho verde repugnante, que algunos llevan dentro,en todo su esplendor: sin caparazoncito ni nada, que salir de moñis el finde...
¡Que gran inspiración y que buena la pintura que has seleccionado!
Salud!

Rumbonín dijo...

A luigi:
Menos mal que también hay gente ante la que te puedes presentar, no ya sin caparazón, pero si al menos con la visera del yelmo alzada.
Un Abrazo Luigi...

A El Horror:
A mí lo de perseverar en mis errores no me lo tiene que decír Saura ni Cortázar, se me da de maravilla!!!

A Scout:
¿Salír de moñis?¿Finde?¿Que expresiones son esas cuyo significado presumiblemente ignominioso ignoro?
Besitos:)